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| Nombre Patología: |
| Distensión muscular |
| Descripcion: |
Distensión muscularLa distensión muscular es, sin duda, una de las lesiones deportivas más frecuentes. Junto con la rotura fibrilar, el desgarro fascicular y el desgarro muscular, forman parte del grupo de las lesiones musculares denominadas “cerradas”, ya que la lesión deja la piel intacta y la distensión no es visible externamente. En principio una distensión muscular puede producirse en cualquier localización del cuerpo: todos los músculos del esqueleto pueden verse afectados por una distensión, desde el músculo de la pantorrilla o el muslo, pasando por la musculatura de la espalda y el hombro hasta los músculos del brazo o el abdomen. Al contrario que en otras muchas lesiones deportivas, como, por ejemplo, una contusión muscular o una conmoción cerebral al practicar deporte, la distensión se produce con independencia de influencias externas, es decir, que no la causa un trauma directo como una patada o un golpe en el muslo. Una característica es que la distensión muscular se desarrolla paulatinamente. También en esto se diferencia de la rotura fibrilar: por lo general ésta se produce de forma repentina tras un brusco incremento del esfuerzo. Una de las formas de distensión muscular más frecuentes es el tirón muscular de los aductores que ocupan la parte interna del muslo. Los futbolistas sufren esta forma de distensión muscular con especial frecuencia, por ejemplo, al abrir excesivamente las piernas para alcanzar la pelota. Independientemente de cuál sea la musculatura afectada, en principio todas las distensiones evolucionan de la misma forma: el músculo se estira en exceso, lo que hace que se contraiga rápidamente y con fuerza como reflejo de protección. Hay factores concomitantes que aumentan el riesgo de distensión muscular: entre ellos se cuenta realizar ejercicio con una musculatura que no se ha calentado lo suficiente o con un músculo fatigado debido a la carga permanente y/o excesiva. Las bajas temperaturas ambientales también figuran entre los factores que favorecen la aparición de una distensión muscular. Por esta razón, cuando las temperaturas son muy bajas es especialmenteimportante calentar suficientemente el músculo siguiendo un programa de calentamiento. A ello se añade el nivel de ejercitación del músculo: un buen nivel de ejercitación reduce el riesgo de sufrir una distensión muscular, un mal nivel lo aumenta. La distensión muscular forma parte del grupo de las lesiones musculares cerradas, al que también pertenecen la rotura fibrilar, el desgarro fascicular y el desgarro muscular. La gravedad de la lesión muscular aumenta desde la distensión del músculo hasta el desgarro. No obstante, a diferencia de todas las demás lesiones musculares de este grupo, en el caso de la distensión muscular no se produce daño ni desgarro de las fibras musculares, ni de los fascículos de las fibras musculares ni del músculo completo. Tensión muscular alteradaCuando se presenta una distensión, significa que se ha producido una alteración en la regulación de la tensión muscular (el tono muscular) está alterada. Al cabo de pocos instantes, el músculo se tensa de forma masiva, por ejemplo, debido a un esfuerzo repentino. La consecuencia es que el músculo se endurece a la vez que aparecen dolores que se pueden intensificar de forma espasmódica. En el caso de presentar una distensión muscular, por lo general, los afectados deben concluir de inmediato la actividad deportiva. Si no lo hacen, existe el peligro de que la distensión del músculo evolucione a una rotura fibrilar o alguna lesión más grave. La causa de la distensión muscular es la alteración de la regulación de la función muscular y no el daño de fibras musculares individuales, como ocurre por ejemplo en el caso de la rotura fibrilar. La distensión puede provocarla por ejemplo, un cambio rápido de la carga, como sería el caso de un cambio a un ritmo excesivamente fuerte al correr. A ello se suman factores concomitantes que también aumentan la probabilidad de que se produzca una distensión. Además de la musculatura fatigada por el exceso de ejercicio, entre estos factores se encuentra sobre todo una musculatura con un pobre aporte sanguíneo debido a una baja temperatura ambiental y/o a un programa de calentamiento insuficiente. Un mal estado general (por ejemplo, debido a una enfermedad como un resfriado, un calzado inadecuado y determinadas particularidades ortopédicas (por ejemplo, un pie transverso plano), también pueden aumentar el riesgo de que se produzcan distensiones. Un déficit de la cantidad de líquido y/o deelectrolitos, así como una alimentación desequilibrada, también contribuyen a aumentar el riesgo de que se produzca una distensión. Además, determinadas sustancias prohibidas que sirven para aumentar la musculatura rápidamente (los denominados anabolizantes) favorecen la aparición de distensiones. Hasta la fecha, los médicos deportivos siguen discutiendo si la sustancia activa creatina, que toman algunos deportistas para aumentar la potencia, aumenta el riesgo de distensiones. Una distensión muscular se caracteriza especialmente por síntomas como dolores parcialmente espasmódicos en el músculo afectado. En muchos casos, como consecuencia de la distensión, el músculo solo funciona de forma parcial o no lo hace en absoluto. Como síntoma de la distensión, también pueden producirse calambres musculares. El músculo se endurece. A menudo una distensión muscular también puede desarrollarse lentamente generando molestias cada vez mayores. Esto lo distingue de lesiones deportivas como la rotura fibrilar, en la que el dolor aparece de forma repentina y directa. La distensión muscular comienza con síntomas como una sensación desagradable o de tensión en el músculo afectado, por ejemplo, en el muslo. En caso de distensión muscular, esta sensación va aumentando con el tiempo hasta notar un tirón en el músculo, el cual se transforma finalmente en dolores que se pueden intensificar de forma espasmódica. Una distensión muscular se acompaña de dolor en el músculo afectado. Dolores y endurecimiento muscularLos dolores que se producen en relación con una distensión muscular tienen su origen en una reacción inflamatoria local desencadenada por la distensión. También es característico que los afectados intenten eliminar la tensión y el endurecimiento del músculo debidos a la distensión sacudiendo la musculatura, lo que, por lo general, no suele dar resultado. Al contrario que ocurre con otras lesiones musculares, como por ejemplo la rotura fibrilar, en el caso de la distensión muscular no se producen hemorragias en la zona del músculo afectado, ya que no existen daños ni desgarros en las fibras musculares. En el caso de presentar una distensión muscular el médico solo precisa para el diagnóstico atender a los síntomas: los dolores, una funcionalidad muscular notoriamente limitada, así como los calambres musculares adicionales y el endurecimiento del músculo son indicios claros de una distensión muscular. Si se sospecha que existe una distensión, para confirmar el diagnóstico el médico palpa el músculo afectado para localizar dolores por presión y la dureza muscular. Para diagnosticar la distensión muscular también se realiza un análisis funcional: ¿produce dolor la elongación activa y pasiva del músculo afectado? y, en caso afirmativo ¿cuánto dolor?, ¿se siente dolor al realizar esfuerzos con el músculo?, ¿cuánta fuerza se ha perdido a causa de la distensión muscular? Por lo demás, los métodos de diagnóstico por imagen, como la ecografía o la tomografía por resonancia magnética no se utilizan para diagnosticar la distensión muscular, ya que ésta no produce cambios perceptibles de las fibras musculares y, por lo tanto, no es visible para los métodos de diagnóstico por imagen ni para el ojo humano. Tan sólo se realiza en el caso de presentar dudas en el diagnóstico
El tratamiento de la distensión muscular se centra, sobre todo, en los síntomas, porque el músculo no sufre un daño estructural, es decir, perceptible. Más bien se trata de un exceso de tensión muscular debido a un trastorno del músculo o al sometimiento a un sobreesfuerzo exagerado. Por lo tanto, el objetivo del tratamiento de la distensión es eliminar el trastorno muscular, si lo hubiera, y destensar el músculo afectado. Esquema RHCE: Reposo, Hielo, Compresión, ElevaciónLa terapia de la distensión muscular comienza con un rápido tratamiento primario que sigue el esquema denominadoRHCE: Reposo, Hielo, Compresion, Elevación. Si se sospecha que existe una distensión, se debe cesar de inmediato cualquier actividad deportiva. El músculo lesionado o la extremidad afectada debe ponerse en alto. El frío, usado de forma adecuada, reduce los dolores, que aparecen a consecuencia de la distensión muscular y disminuye la inflamación. Si es posible, para el tratamiento de una distensión se recomienda aplicar un vendaje compresivo y combinarlo con el frío. Si la bolsa de hielo se aplica sobre con el vendaje compresivo, se evita el contacto directo entre la piel y el hielo y, por lo tanto, las posibles lesiones locales generadas por el hielo, como las quemaduras por congelación. Otra alternativa para tratar la distensión muscular es enfriar la lesión con una compresa empapada en agua helada sobre la que se aplica una bolsa de plástico con hielo picado que se fija con un vendaje compresivo adicional. Conveniencia del vendaje compresivoTras el tratamiento primario de la distensión, también resulta conveniente colocar un vendaje compresivo y aplicar un gel antiinflamatorio para lesiones deportivas sobre la zona muscular afectada. Se debe procurar no apretar demasiado el vendaje compresivo. Los dolores debidos al vendaje compresivo, la aparición de trastornos circulatorios y sensoriales y la limitación de la movilidad indican que el vendaje compresivo está demasiado apretado. Inmediatamente después de los primeros auxilios el afectado puede darse una ducha corta pero no demasiado caliente. Mientras no quede completamente claro si se trata de una distensión o de undesgarro muscular, debe ducharse con el vendaje compresivo. Medicamentos contra el dolorSi una distensión muscular es muy dolorosa, durante el tratamiento también se pueden tomar medicamentos analgésicos previa consulta con el médico, como por ejemplo ibuprofeno o diclofenaco. Estos reducen el dolor y también reducen la inflamación originada por la distensión. Además, se puede aplicar un vendaje con una pomada que contenga sustancias activas tales como el Pentosano polisulfato sódico, Alcanfor, Mentol, Nicotinato metilo, Salicilato metilo y/o Salicílico ácido, entre otras. En caso de distensión muscular, estas sustancias también tienen un efecto antiinflamatorio, detumescente y calmante. Según diversos testimonios, el uso de árnica en el tratamiento de una distensión muscular también puede tener un efecto positivo en la evolución de la cura. Por el contrario, hasta la fecha la ingesta de preparados de enzimas sigue siendo muy discutida entre deportistas y médicos deportivos. Mientras que una parte confía ciegamente en estos preparados en lo que respecta al tratamiento correcto de una distensión muscular, la otra parte los rechaza por considerarlos ineficaces.
Fases de descanso y gimnasia terapéuticaSegún la envergadura y el alcance de la distensión muscular, se debe dar al músculo afectado una pausa de descanso de unos cinco días. Para tratar una distensión muscular también puede ser conveniente realizar una terapia física en forma de gimnasia terapéutica. Ésta favorece la relajación del músculo y, con ello, la capacidad de regeneración. Además, se encarga de conservar la fuerza del músculo afectado. Un tratamiento aplicado con frecuencia en relación con la distensión muscular es la técnica de liberación muscular, que consiste en tensar y relajar el músculo de forma alternante. Además, las disciplinas como el aquajogging o el entrenamiento con el cicloergómetro también resultan apropiadas para recuperar progresivamente la capacidad original del músculo tras una distensión. Tanto si se utiliza la técnica de liberación muscular como si se realiza otra forma de ejercicio, la máxima es que los ejercicios solo son convenientes si no provocan dolor. La ganancia gradual de potencia muscular se guía por el límite de la transición entre la ausencia de dolor y el dolor incipiente que precisa para presentarse cada vez mayor intensidad de ejercicio. El ejercicio de musculación supervisado por profesionales tras una distensión muscular puede constar de distintos elementos, como por ejemplo, ejercicios que no requieren esfuerzo, ejercicios dinámicos, estiramientos o pruebas de esfuerzo realizadas por el médico deportivo. Tras cada unidad de ejercicio, se recomienda enfriar el músculo. Para los tirones musculares la fisioterapia puede ser muy útil. En principio, cuando se produce una distensión muscular se debe procurar beber suficiente líquido durante el tratamiento. El agua mineral, el zumo de manzana mezclado con agua con gas y las bebidas electrolíticas son especialmente adecuadas. Puesto que la mayoría de las distensiones se produce en la musculatura de las piernas (el muslo, la pantorrilla o en la zona de los aductores) puede ser conveniente descargar parcialmente el músculo de la pierna afectado mientras dure la distensión. De ahí que, si una distensión muscular es intensa y dolorosa, los afectados pueden utilizar muletas durante algunos días para andar. EvoluciónSegún su alcance y envergadura, una distensión muscular requiere unas dos o tres semanas hasta estar completamente curada. La duración del proceso de curación de una distensión muscular varía según la persona. La evolución se puede influenciar positivamente si se realiza a tiempo un tratamiento primario adecuado seguido de un tratamiento profesional. De este modo se puede reducir la duración de las molestias y acorta el proceso curación completa.
PrevenciónLa distensión muscular se puede prevenir actuando correctamente con respecto a los factores de riesgo principales: entre ellos figura, sobre todo, una temperatura ambiente baja. Por esta razón, cuando el tiempo es fresco o frío, la musculatura se debe calentar con especial cuidado para poder prevenir una distensión de forma eficaz. La duración del calentamiento debe ser de 15 minutos como mínimo. Sin embargo, la conclusión inversa no es que el riesgo de distensión muscular sea inferior con un tiempo caluroso. Si bien la mayor temperatura ambiente reduce el riesgo de distensión muscular debida al frío, el cuerpo también pierde (a consecuencia de la mayor temperatura ambiente) más líquido y electrolitos debido al sudor intenso. Estas pérdidas también aumentan el riesgo de distensión. Así pues, los déficits de líquido y electrolitos deben equilibrarse regularmente y, sobre todo, a tiempo. La importancia del equipamiento deportivo adecuadoLa elección del equipamiento deportivo adecuado también contribuye a prevenir una distensión muscular. Se debe comprar ropa apropiada para el tipo de deporte y un calzado adecuado. En caso de problemas ortopédicos, como por ejemplo, pies planos, puede ser conveniente utilizar plantillas ortopédicas adicionales para el calzado deportivo. Inconveniencia de las pomadas estimuladoras de la circulaciónLa aplicación de pomadas, cremas o soluciones estimuladoras de la circulación no puede sustituir al programa de calentamiento específico. Si bien aumentan la circulación, la profundidad de penetración es tan poca que la irrigación solo es mayor en las capas superficiales de la piel. El efecto estimulador de la circulación deja las zonas más profundas de la piel tan intactas como la musculatura. De ahí que este tipo de preparados no sea apropiado para prevenir una distensión muscular. Lo único que hacen es crear una supuesta sensación de buena circulación y de calentamiento de los músculos tratados, cuando lo único que se calienta realmente es la piel. El riesgo de distensión muscular también se puede reducir mediante una alimentación sana y equilibrada, un buen estado de salud general y una carga de trabajo deportivo adecuada al nivel de entrenamiento correspondiente.
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