El sarcoma de Kaposi, o SK,
es un tipo de cáncer. Fue una de las primeras enfermedades que se observaron en las personas con SIDA y sigue siendo uno de los tipos de cáncer más frecuentes en los individuos VIH positivos.
Actualmente, la mayoría de los investigadores coinciden en que un virus llamado virus herpes asociado al Sarcoma de Kaposi (VHSK), también llamado virus herpes humano 8 (VHH 8), causa el sarcoma de Kaposi. Sin embargo, el virus por sí solo, no es suficiente para ocasionar SK. Las deficiencias del sistema inmunológico, como las que presentan las personas con SIDA, pueden permitir que el virus cause la enfermedad.
Aproximadamente un 30% de todos los hombres VIH positivos gay o bisexuales están infectados con el VHSK, mientras que sólo entre un 2% y 3% de los pacientes VIH positivos receptores de transfusiones o hemofílicos tienen el virus. En lo que respecta a las mujeres heterosexuales VIH positivas, sólo entre el 3% y el 4% están infectadas con el VHSK.
Hay informes que indican que el SK se ha desarrollado en algunas personas VIH positivas que tienen recuentos de células T relativamente altos (aproximadamente 500 células/mm3). El riesgo de desarrollar el SK, en especial en personas coinfectadas con el VIH y el VHSK, aumenta a medida que el sistema inmunológico se daña y se debilita. Afortunadamente, la terapia anti-VIH ha hecho posible que muchas personas VIH positivas puedan mantener un sistema inmunológico saludable y así, prevenir el desarrollo del SK.
Las manchas del SK, llamadas tumores o lesiones, tienen un color que varía del rojo rosáceo al morado. Por lo general, las lesiones son planas y no provocan dolor. Además, a diferencia de los moretones, no se aclaran cuando se las presiona. Las lesiones cutáneas (en la piel) del SK no suelen ser mortales. Sin embargo, pueden resultar emocionalmente traumáticas, en especial cuando aparecen en la cara. Con el tiempo, estas lesiones pueden agravarse y hacerse más visibles y dolorosas.
Algunas personas pueden manifestar una sola lesión, quizás sólo en la pierna y en ningún otro lugar. En algunas personas, las lesiones pueden aparecer lentamente, aproximadamente una cada varios meses, mientras que en otros pueden aparecer varias lesiones nuevas por semana. En términos generales, cuanto mayor sea la inmunosupresión, más probabilidades habrá de que aparezcan lesiones nuevas.
Las lesiones bucales (en la boca) del SK pueden hacer que el comer resulte difícil y doloroso. Las lesiones gastrointestinales, en especial las del intestino grueso y el colon, pueden causar diarrea, calambres y hemorragia. El SK de pulmón (SK pulmonar) puede causar graves dificultades y molestias para respirar. Las lesiones gastrointestinales y pulmonares del SK pueden ser mortales si no se las trata o controla.
Si bien en la actualidad los investigadores pueden detectar el VHSK en las muestras de sangre, no existe ninguna prueba de rutina que puedan efectuar los proveedores de atención médica. Aunque estas pruebas estuvieran ampliamente disponibles, es importante recordar que estar infectado con el VHSK no implica que se desarrollará el SK, incluso aunque el sistema inmunológico esté debilitado.
Las lesiones cutáneas del SK suelen diagnosticarse mediante una biopsia. Para realizar una biopsia, el proveedor de atención médica (ya sea un doctor de atención primaria, un oncólogo, un dermatólogo o un cirujano) toma una pequeña muestra de la lesión y la envía al laboratorio para que la examinen. El informe del laboratorio determinará el tipo de tumor.
Para diagnosticar el SK pulmonar, se introduce un tubo delgado (llamado broncoscopio) por la tráquea, hasta los pulmones, para determinar si hay lesiones. Para saber si existe SK pulmonar también se pueden hacer radiografías.
El SK gastrointestinal suele diagnosticarse mediante una endoscopía, que se realiza introduciendo un tubo delgado por la garganta o el recto. El SK gastrointestinal tiene un aspecto muy particular, en consecuencia no suele ser necesario recurrir a una biopsia.
Sin embargo, existe la posibilidad de que en un futuro cercano, se puedan tomar medicamentos para prevenir el SK. Se ha determinado que el VHSK está estrechamente vinculado al desarrollo de las lesiones del SK, por este motivo los investigadores están estudiando diversos medicamentos antivirales para comprobar si son efectivos contra el virus. Para los pacientes con VIH que están infectados con VHSK y que tienen un recuento de CD4 bajo, estos medicamentos pueden ser muy beneficiosos, porque es posible que prevengan la aparición de lesiones del SK.
Durante estos últimos años, los investigadores han aprendido mucho acerca del SK, por ejemplo la manera en que el VHSK provoca lesiones y el modo en que éstas se generan. Esto ha dado lugar al desarrollo de diversos medicamentos prometedores, algunos de los cuales se están evaluando actualmente en estudios clínicos.
Es un tumor canceroso del tejido conectivo y a menudo está relacionado con el SIDA.
Antes de la epidemia del SIDA, el sarcoma de Kaposi se presentaba principalmente en hombres mayores italianos y judíos, y rara vez, en mujeres de edad avanzada. Entre este grupo, los tumores se desarrollaban lentamente. En los pacientes con SIDA, el cáncer se puede desarrollar rápidamente. También puede involucrar:
- El tubo digestivo
- Los pulmones
- La piel
- Otros órganos
En personas con SIDA, el sarcoma de Kaposi es causado por una interacción entre el VIH, un sistema inmunitario debilitado y el herpes virus humano 8 (HHV-8). El sarcoma de Kaposi ha sido vinculado a la diseminación del VIH y el HHV-8 a través de la actividad sexual.
Las personas que se someten a trasplantes de riñón o a otros trasplantes de órganos también están en riesgo de padecer el sarcoma de Kaposi.
El sarcoma de Kaposi africano es bastante común en hombres adultos jóvenes que viven cerca del ecuador. Una forma de esta enfermedad también es común en niños pequeños africanos.
Los tumores (lesiones) aparecen con mayor frecuencia como protuberancias en la piel de color rojo azulado o púrpura. Son de color rojo púrpura debido a que son abundantes en vasos sanguíneos.
Las lesiones pueden aparecer primero en cualquier parte del cuerpo. También pueden aparecer dentro del cuerpo. Las lesiones que se encuentran dentro del cuerpo pueden sangrar. Las lesiones de los pulmones pueden causar expectoración hemoptoica o dificultad para respirar.
Se pueden llevar a cabo los siguientes exámenes para diagnosticar el sarcoma de Kaposi:
La forma de tratamiento de esta afección depende de:
- Qué tan inhibido esté el sistema inmunitario (inmunodepresión)
- Cantidad y localización de los tumores
- Síntomas
Los tratamientos incluyen:
- Terapia antiviral contra el VIH, dado que no hay una terapia específica para el HHV-8
- Quimioterapia de combinación
- Congelamiento de las lesiones
- Radioterapia
Las lesiones pueden reaparecer después del tratamiento.
El tratamiento del sarcoma de Kaposi no mejora las posibilidades de sobrevivir al SIDA en sí. El pronóstico depende del estado de inmunidad de la persona y de la cantidad de virus del VIH que tenga en la sangre (carga viral).
Las complicaciones pueden incluir:
- Tos (posiblemente con sangre) y dificultad para respirar si la enfermedad está en los pulmones
- Hinchazón de las piernas que puede doler o causar infecciones si la enfermedad está en los ganglios linfáticos de las piernas
Los tumores pueden reaparecer incluso después de tratamiento. El sarcoma de Kaposi puede ser mortal para una persona con SIDA.
Una forma agresiva del sarcoma de Kaposi africano se puede diseminar con rapidez a los huesos. Otra forma de este sarcoma que se encuentra en niños africanos no afecta la piel. En lugar de eso, se disemina a través de los ganglios linfáticos y órganos vitales, y puede volverse mortal rápidamente.
Las prácticas sexuales seguras pueden prevenir la infección por el VIH. Esto previene el SIDA y sus complicaciones, incluso el sarcoma de Kaposi.
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