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Nombre Patología:
Infecciones pulmonares
Descripcion:
Las infecciones pulmonares

 

La mayor parte de las infecciones pulmonares pueden curarse, si se las trata a tiempo. Además existen tratamientos preventivos muy eficaces contra la neumocistosis. Sin embargo, este tipo de enfermedades siguen siendo frecuentes en las personas seropositivas: diagnóstico tardío o seguimiento médico insuficiente son las principales causas.

Este artículo pasa revista a las infecciones pulmonares más frecuentes: neumocistosis, tuberculosis, infecciones bacterianas diversas, micosis (debidas a hongos). Los otros problemas pulmonares (como el Kaposi), las infecciones virales y las afecciones de la pleura (membrana que rodea los pulmones) no se abordan aquí.

La neumocistosis sigue siendo frecuente

La neumocistosis sigue siendo la enfermedad mas frecuente de entrada en estado sida (20% de los casos). Afecta sobre todo a las personas que tienen un seguimiento médico insuficiente o que descubren su seropositividad en ese momento. Esta enfermedad es debida al Pneumocystis carinii. Al comienzo, sus síntomas son discretos: fiebre suave y tos seca. Más tarde aparecen problemas de respiración al subir escaleras o al andar con rapidez. Puede manifestarse como «ruido de motor» en los bronquios. Estos síntomas, acompañados de fiebre deben conducir a consultar al médico inmediatamente.

La radiografía permite al médico hacer el diagnóstico. En caso de duda, un lavado bronco-alveolar confirmará el diagnóstico. Si se ataja a tiempo, la neumocistosis no plantea problemas de tratamiento, que consiste generalmente en Bactrim Forte® (comprimidos o perfusión según los casos).

Neumocistosis: prevención eficaz

La prevención de la neumocistosis está fuertemente aconsejada a toda persona con menos de 200T4/mm3 o menos de 15% de T4 (las personas cuyos T4 han subido por encima de estas cifras gracias a los tratamientos anti-VIH deben continuar con esta prevención).

La toma cotidiana de Bactrim® previene casi al 100% la aparición de esta enfermedad. Bactrim® presenta la ventaja de proteger también contra la toxoplasmosis y de reducir la frecuencia de infecciones bacterianas.

Alrededor de 20% de los pacientes, presentan síntomas de intolerancia, a menudo una o dos semanas después del comienzo del tratamiento: fiebre, granos, manchas rojas... Se debe consultar con el médico. En la mayor parte de los casos esta intolerancia no encierra ninguna gravedad. Puede desaparecer espontáneamente, cuando se sigue con el tratamiento, o si se vuelve a comenzar después de una parada de algunos días. Numerosos hospitales proponen la desensibilización, bajo vigilancia médica. Consiste en tomar dosis suaves del medicamento y aumentarlas progresivamente (1).

Por el contrario, en caso de intolerancia grave (5% de los casos), se abandona definitivamente el Bactrim® y se recurre a Disulone® (en comprimidos) o a aerosoles de Pentacarinat®, una vez al mes (2).

La tuberculosis

Esta enfermedad es debida a una bacteria, Mycobacterium tuberculosis, o Bacilo de Koch (BK). La tuberculosis pulmonar puede presentarse en personas con un número de T4 elevado (y en personas seronegativas). Provoca a menudo tos, dificultades para respirar, expectoraciones a veces con un poco de sangre. También pueden aparecer perdida de peso, cansancio, fiebre, sudores nocturnos.

El diagnóstico es generalmente fácil en las personas con un sistema inmunitario que funcione correctamente. Se utiliza la radiografía, análisis de los esputos en el microscopio, intra-dermoreacción. Por el contrario, en personas con un sistema inmunitario debilitado, la enfermedad puede tomar formas inhabituales y puede ser difícil de diagnosticar. No es raro que se localice en los ganglios o en otros órganos.

El tratamiento de la tuberculosis dura entre nueve meses y un año, a veces más. Es muy eficaz, con la condición de que se siga correctamente. Si no, existe el riesgo de recaídas, con una tuberculosis resistente a los medicamentos, que será difícil de curar.

La tuberculosis pulmonar es contagiosa: los bacilos de Koch están presentes en el aire que la persona expulsa al respirar. Se aconseja fuertemente llevar una máscara, (del tipo de las máscaras quirúrgicas) y de airear frecuentemente la habitación. El riesgo de contagio dura generalmente hasta una vez pasadas las tres primeras semanas de tratamiento. Por el contrario las otras formas de tuberculosis, son poco contagiosas (o no lo son en absoluto).

Se puede prevenir la tuberculosis si se sospecha que existe un riesgo elevado de contraer la enfermedad. Pero se carecen de datos sobre la eficacia de dicho tratamiento. Consiste en la toma de Rimifon® durante seis meses.

Las infecciones bacterianas

Son frecuentes en las personas seropositivas, especialmente en los usuarios de drogas y en los fumadores. Por ello en Estados Unidos y el Reino Unido se recomienda la vacuna contra el neumococo (una bacteria), mientras que los médicos franceses parecen ser reticentes.

Las infecciones bacterianas tomas formas variadas: bronquitis, sinusitis, neumonías, etc. Pueden acompañarse de fiebres elevadas. La prescripción de un antibiótico adaptado debe permitir una evolución notable al cabo de tres días. Si no es el caso será necesario un cambio de antibiótico o un análisis que permita identificar el germen responsable de la infección.

Un comienzo de bronquitis (tos que dure unos días, sobre todo si es ronca o acompañada de fiebre) debe llevar a consultar rápidamente. Además es necesario tomar el tratamiento durante el periodo prescrito y no interrumpirlo en cuanto uno se sienta mejor: el riesgo puede ser la recaída, a veces con una bacteria que se ha vuelto resistente al antibiótico utilizado.

Las micosis (infecciones por hongos)

La criptococosis afecta aproximadamente al 10% de los pacientes con menos de 100T4/mm3. Generalmente no se limita a los pulmones. Los síntomas son fiebre y dificultades respiratorias. El diagnóstico se hace por medio de una radiografía y/o una broncoscopia y/o un lavado bronco-alveolar. El tratamiento de ataque se realiza por medio de perfusiones (Fungizone® en ocasiones completada con Ancotil®). Triflucan® (en cápsulas) tomará el relevo, en tratamiento de mantenimiento.

La aspergilosis de bronquios, más rara, sólo se manifiesta por debajo de 50 T4/mm3. Aparece como una fuerte fiebre, tos y molestias respiratorias considerables. Los medicamentos utilizados son los ya citados así como Sporanox®.


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