¿Qué son los bochornos?
Los bochornos o sofocos son un aumento de la temperatura y sensación de calor que dura entre 2 a 5 minutos. Se inician habitualmente en la región del tórax y suben hacia la cara. Muchas veces van seguidos de una crisis de sudoración profusa que molesta bastante a la mujer.
¿Por qué se producen?
La menopausia se caracteriza por la carencia o ausencia de la hormona típicamente femenina llamada estrógeno. La falta de esta hormona altera el centro de regulación de la temperatura en una estructura llamada hipotálamo en nuestro cerebro. El hipotálamo pierde su punto de regulación provocando descargas anormales de calor.
¿Siempre están asociados a menopausia?
La gran mayoría de los bochornos se deben a la menopausia, pero también existen otras enfermedades que pueden provocarlos, como el hipertiroidismo (aumento de hormona tiroidea) y algunos tumores poco frecuentes como el feocromocitoma y los carcinoides.
Se deben buscar estas causas en mujeres que no están en menopausia y que presentan bochornos. También en mujeres que están en menopausia y que a pesar de estar recibiendo un adecuado tratamiento hormonal, persisten con bochornos.
¿Es un problema exclusivamente femenino?
Es muy poco frecuente observarlos en hombres pero, por las causas antes descritas, ocasionalmente pudieran observarse.
¿Ruborizarse tiene relación con los bochornos?
Ruborizarse no tiene relación con los bochornos, ya que no tiene relación con la edad. Sin embargo, algunas mujeres sufren de un cambio de color (ruborización) de la piel de la cara y tórax transitorio mientras dura un bochorno o sofoco.
¿Siempre tienen síntomas asociados como sudoración o dolor de cabeza?
No siempre. El síntoma asociado más frecuente es la crisis de sudoración que se presenta posterior a un bochorno. Esta sudoración, en ocasiones, puede ser profusa obligando a la mujer a un cambio de algunas prendas de vestir.
¿Aparte de factores hormonales, hay otros factores que influyan en su aparición?
La principal explicación, como mencionamos, es la ausencia de estrógeno, pero suelen verse bochornos con mayor frecuencia y severidad en mujeres occidentales, delgadas y sometidas a estrés laboral o familiar.
¿Tienen algún riesgo asociado?
Afortunadamente aún no se ha demos- trado que conlleven un aumento de riesgo de enfermedad asociado. Se ha especulado que su mantención en el tiempo podría provocar alteraciones en la memoria y capacidad intelectual, pero esto no es aceptado por todos ni tampoco está validado científicamente.
¿Cómo afectan la calidad de vida de las personas?
Los bochornos pueden impactar negativamente la calidad de vida de las mujeres de diferentes formas. Por ejemplo, los bochornos son más frecuentes durante la noche provocando despertares reiterados, los que, repetidos día tras día, provocan un deterioro importante en el dormir. Cuando una persona duerme mal, su capacidad intelectual, laboral, familiar, sexual, irritabilidad, etc. se ven afectados. Por otra parte, durante el día, cuando una mujer sufre un bochorno, el entorno que la rodea lo percibe y eso puede afectar o molestar a algunas mujeres.
¿Qué tratamientos se están empleando hoy para reducirlos?
El tratamiento habitual más efectivo sigue siendo el hormonal. Sin embargo, en CLC estamos utilizando algunos tratamientos alternativos nuevos para aquellas mujeres que no quieran tomar hormonas o las tengan contraindicadas. Estos tratamientos se basan en el uso de soya o también fitofármacos derivados de la cimicifuga racemosa o trébol rojo. También hemos comenzado a usar algunos antidepresivos, que como un segundo efecto, tratan los bochornos. En esa línea tenemos esperanza en una nueva droga que ingresará próximamente al país que se llama desvenlafaxina y que ha demostrado una mayor potencia en el manejo de los bochornos que sus antecesoras. |
