La tos es uno de los signos reveladores del asma. Puede ser uno de los factores más persistentes del asma si no se lo trata.
Toser puede ser útil, especialmente para los pacientes asmáticos, pues es uno de los mecanismos de defensa naturales del organismo. Una tos asmática productiva puede expulsar flemas y mucus de los pulmones. Ese tipo de tos puede prevenir infecciones y otros problemas.
Sin embargo, la tos asmática no suele ser productiva. En otras palabras, es una tos seca, como respuesta ante un irritante que fuerza a los bronquios a tener un espasmo. Los pacientes asmáticos deben estar alerta ante ciertas situaciones en las que haya más irritantes (desencadenantes del asma) que les empeoren la tos asmática: caspa de animales, infecciones virales, aire frío, polvo y otras cosas.
Para el asmático, la tos puede ser problemática, especialmente en la noche. Le dificulta lograr un sueño reparador y a veces requiere hacer un tratamiento especial. La tos nocturna se relaciona más a menudo con el asma y otros problemas respiratorios.
Hay muchos tratamientos para la tos asmática, como el uso de inhaladores, técnicas de respiración profunda, medicamentos de venta libre y medicamentos homeopáticos.
El asma con tos variante es un tipo de asma que a menudo no presenta otros síntomas tradicionales del asma, como opresión en el pecho y falta de aire. El asma con tos variante se caracteriza por una tos seca y no productiva que continúa por más de seis semanas.

