La onicomicosis es una infección de las uñas producida por hongos. No suele causar molestias, pero altera la estética de las uñas afectadas y, si no se trata a tiempo, se puede cronificar y extender. Aprende a prevenirla.
Causas
La onicomicosis está producida por hongos del tipo dermatofitos. Estos hongos son capaces de invadir las estructuras de la piel queratinizadas como el pelo y las uñas. El hongo que causa la onicomicosis en la mayoría de los casos es elTrichophyton rubrum. Otros hongos que pueden producir esta infección son el Trichophyton mentagrophytes o incluso la Candida albicans (que no es un hongo dermatofito).
Estos hongos se transmiten por contacto directo y conviven con nosotros sin producir infección, hasta que ciertos factores la favorecen. Algunos de los factores de riesgo para desarrollar onicomicosis son:
- El envejecimiento. A lo largo de los años acumulamos más cantidad de hongos que colonizan el pie, y las defensas de nuestro cuerpo son más débiles.
- Mantener el pie húmedo, como sucede con los nadadores y los atletas.
- Padecer tiña en el pie o pie de atleta.
- Sufrir otras enfermedades de la piel, como la psoriasis.
- La diabetes, que afecta negativamente a las defensas inmunológicas de nuestro cuerpo.
- Tener familiares con onicomicosis, tanto porque puede indicar cierta predisposición genética, como por la posible transmisión del hongo.
- Inmunosupresión, originada por quimioterapia, VIH, o fármacos biológicos.
Síntomas
La onicomicosis raramente produce molestias a las personas que la padecen. A veces puede dar algún dolor leve, que puede cronificarse si la afectación es extensa. Además, es una puerta de acceso para diversos gérmenes que pueden producir otras infecciones como las celulitis.
El principal problema, sin embargo, es estético. Los síntomas de la onicomicosis son precisamente las alteraciones que presentan las uñas afectadas, que cambian de color y de forma, tomando un aspecto desagradable. Según el tipo de alteraciones se pueden dividir en varios grupos:
- Subungueal distal: esta es el tipo de afectación más común en el dedo gordo del pie. El borde libre de la uña comienza a ponerse amarillento y se engruesa. La superficie se vuelve más rugosa y puede fragmentarse.
- Subungueal proximal: se daña en primer lugar la raíz de la uña, por donde crece. Se ven zonas amarrillentas o blanquecinas que se desplazan hacia el extremo libre. Es un tipo raro de onicomicosis que se ve con más frecuencia en personas con sida.
- Blanca superficial: en este caso la infección comienza con un blanqueado de la superficie de la uña. Aparecen primero como pequeños puntos que después se unen y forman áreas más grandes.
- Melanoniquia: ese término quiere decir 'uña pigmentada' o 'uña marrón'. Es una forma muy rara de melanoniquia provocada por hongos diferentes al género Trichophyton. A veces la uña se vuelve tan oscura que hay que hacer diagnóstico diferencial con el melanoma y la hemorragia subungueal.
- Onicodistrofia: es en la mayoría de los casos el estadio final de todas las variantes de infección de la uña. Se llama así a la deformación total de la uña, que se vuelve muy engrosada, curvada, y se deshace en fragmentos con facilidad.
Diagnóstico
El médico puede sospechar fácilmente una infección de la uña por hongos cuando lo observa directamente. Los datos de coloración, deformidad y fragilidad son bastante característicos y orientan hacia el diagnóstico de onicomicosis. Sin embargo, muchas otras enfermedades pueden provocar alteraciones de la uña similares, como la psoriasis o el liquen. Por eso, antes de proponer un tratamiento adecuado hay que asegurarse de que los hongos son los responsables de esas alteraciones.
Uno de los métodos para detectar al hongo responsable es el examen directo con KOH. La prueba consiste en raspar con un bisturí la superficie de la uña hasta conseguir material suficiente que se guarda en un bote. Minutos después se sumergen los trozos en una solución de hidróxido potásico (KOH) que permite ver las hifas de los hongos al microscopio. Las hifas son estructuras alargadas, que aparecen cuando el hongo está activo. En muchas ocasiones no se puede ver el hongo, aunque realmente sea la causa de las alteraciones de la uña.
Otro método para detectar el hongo es el cultivo. Para ello se recoge una muestra de la uña de forma similar al estudio con KOH, solo que los trozos se ponen en una placa de Petri con un medio de cultivo de agar-Sabouraud. Esto son nutrientes que permiten que el hongo se alimente y crezca después de 4-6 semanas. En muchos casos tampoco consiguen aislar el hongo responsable, y en estos casos se puede repetir la prueba si la sospecha es alta.
Existen otros test bastante útiles y más rápidos. Uno de ellos es el TMD (test con medio de dermatofitos), que se basa en el metabolismo de los hongos para provocar cambios de color en un medio especial. Cuando el color cambia se da por hecho que es porque hay presencia de hongos.
Otro método es el estudio anatomopatológico de las muestras (como una biopsia cutánea), que es probablemente el método más eficaz, aunque pocas veces puede realizarse.
Tratamiento y prevención
Al no ser una enfermedad grave, el tratamiento de la onicomicosis solo se recomienda en los siguientes grupos de pacientes:
- Pacientes que tengan diabetes, sida, u otros factores que puedan agravar la infección.
- Personas que hayan padecido celulitis u otras infecciones locales, y en las que se suponga que el paso de gérmenes ha sucedido a través de la uña dañada.
- Presencia de dolor o molestias en la uña afectada.
- Pacientes que decidan tratarse por razones estéticas.
Si la onicomicosis no afecta a la raíz de la uña, el tratamiento inicial son los antifúngicos tópicos. Se trata de lacas y pintauñas que se tienen que aplicar varias veces a la semana durante seis meses o incluso un año. Aunque el método de aplicación es cómodo, el tiempo de tratamiento es muy largo y los resultados no suelen ser muy buenos.
Si la raíz de la uña está afectada, se deben optar por fármacos antifúngicos por vía oral. La terbinafina es el medicamento que mejores resultados ha demostrado. Se debe tomar todos los días durante mes y medio, si las uñas afectadas son de las manos, y tres meses, si son de los pies. Antes y después del tratamiento se tienen que realizaranálisis de sangre para comprobar que los niveles del transaminasas están bien, que quiere decir que el hígado no está afectado y puede tolerar el tratamiento.
Otras opciones de tratamiento son el láser o la terapia fotodinámica. El láser consiste en una luz concentrada que es capaz de penetrar en la uña y destruir al hongo. Aunque puede parecer muy efectivo, los resultados en cada persona varían mucho y todavía está en fase de estudio. La terapia fotodinámica es un tratamiento novedoso y complejo que se utiliza en dermatología y estética. Consigue la destrucción del hongo mediante la radiación lumínica, aunque los resultados también están en estudio.
En el caso de las uñas distróficas una opción válida es la cirugía de la uña para extirparla directamente. Claramente es una opción radical, pero que cuando la uña produce dolor y no responde al resto de tratamientos se debe tener en cuenta.
Prevención de la onicomicosis
Las medidas para evitar la infección por hongos de las uñas son las siguientes:
- Mantener el pie seco y aireado.
- Utilizar polvos secantes dentro de las zapatillas cuando se realiza deporte.
- Mantener medidas de higiene básicas para tener las manos y los pies limpios.
- Detectar alteraciones en las uñas de forma precoz.
- No compartir calzado con familiares o amigos, especialmente con aquellos que puedan tener onicomicosis.
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